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Arquitectos: Eduard Balcells, Ignasi Rius Architecture, Tigges Architekt
- Área: 950 m²
- Año: 2018
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Fotografías:Adrià Goula
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Proveedores: AutoDesk, Carinbisa, Ducasa, Finsa, Hormipresa, Massachs, Metsa Woods, Roca, Suberolita
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Reciclar cinco edificios y un jardín. La Escuela El Til·ler instala en un antiguo jardín privado abandonado, en la urbanización de Bellaterra. El conjunto se articula a lo largo del camino principal existente, que se convierte en una rambla que desemboca en una plaza abierta al paisaje del valle del Vallès y la Sierra de Collserola.
Cinco de los seis edificios que conforman la escuela son pabellones modulares de madera y acero que provienen de otros dos solares ocupados anteriormente por la escuela. Estos edificios se desmontan, transportan y reconfiguran cuidadosamente en el nuevo emplazamiento, sobre tres terrazas limitadas por taludes verdes que se adaptan a la topografía y la vegetación existente. El conjunto se completa con el nuevo edificio de educación infantil y espacios comunes, que se presenta aquí.
Secuencias, horizontes, luz. El urbanismo como expresión pedagógica. La escuela propone una expresión espacial contemporánea de la pedagogía Waldorf-Steiner adaptada a un clima mediterráneo. Así, no hay pasillos interiores, y el acceso al aula sigue una secuencia espacial gradual: rambla-patio-porche-recibidor-aula.
Los horizontes -las visuales- se amplían a medida que el niño crece, y la rotación relativa de las aulas sobre la topografía les proporciona intensidades y colores de luz cambiantes. Secuencias, horizontes y luz personalizan cada aula, enfatizando y acompañando la experiencia del crecimiento.
Alcobas y marcos. La arquitectura como expresión pedagógica. El nuevo edificio de educación infantil y espacios comunes concentra los pilares en las fachadas en forma de contrafuertes, liberando así las plantas de pilares interiores y haciendo posible colocar las aulas sobre la sala polivalente, que necesariamente tiene que ser diáfana. Entre estos contrafuertes aparecen alcobas que responden a las necesidades pedagógicas y funcionales de cada espacio.
Exteriormente, las alcobas están contenidas dentro de unos marcos que reducen visualmente la escala del edificio, acercándola a la de los niños. La Mesa de Estación, el elemento espacial más singular de la pedagogía Waldorf -un pequeño "altar" donde se explican los ciclos de la naturaleza- organiza el aula de infantil y se sitúa en una alcoba con una luz natural específica -lateral, reflejada y difusa.
Confort climático pasivo y optimización del presupuesto. El aislamiento térmico de fibras de madera y la inercia térmica de la estructura de hormigón casi eliminan la necesidad de calefacción en invierno. El confort durante el resto del año se logra mediante la ventilación cruzada, las fachadas ventiladas y las persianas venecianas exteriores
La compacidad volumétrica, la semiprefabricación de la estructura y las fachadas -construidas enteramente en madera- y la expresión directa de los materiales sin revestimientos han permitido realizar esta escuela para una cooperativa de padres y profesores por el presupuesto habitual en la escuela pública. La fachada deja de ser un plano para transformarse en un espacio habitado. El aula se convierte en una casa, y la escuela un pequeño pueblo a lo largo de una rambla.